- ¡Hola, Ramón! ¿Como estás?
- Muy mal. Tengo SIDA. El médico me dio 3 meses de vida.
- ¡Qué mala suerte!... ¿y es definitivo el diagnóstico?
- Inapelable, pedí junta médica, consulté otros médicos y lo confirmaron.
El amigo se despide y se va acongojado y triste.
La mujer le dice al marido:
- Pero, Ramón, ¿Cómo le dices a la gente que tienes SIDA, si lo que en realidad tienes es un cáncer de pulmón?
- Yo me voy a morir igual, pero a ti no te va a follar ni el loro.
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