
La rubia se da cuenta de que él la mira justo ahí y le dice:
-Me estás mirando el chichi, ¿verdad?
-Sí, disculpa -responde sonrojado el hombre tras apartar la mirada-
-Está bien, no te preocupes -responde la mujer- ¿Sabes? Es muy hábil. Mira esto, voy a hacer que mi chichi te guiñe un ojo.
Dicho y hecho. El hombre ve asombrado cómo el chichi le echa un par de guiños.
Él, totalmente asombrado, se pregunta qué otras cosas podrá hacer.
-También puedo hacer que te tire un beso. La chica sube un poco más la falda para que él tenga una vista completa y despejada. Acto seguido, el chichi increíblemente contrae sus labios y le tira un beso con sonido incluido.
-Muac.
El hombre no podía creer semejante expresión de raro talento.
-Ven y siéntate a mi lado -sugiere la mujer ya entrada en calor-.
El hombre, ni corto ni perezoso, se sienta a su lado. La rubia, con voz melosa, le pregunta:
-¿Quieres meter dentro un par de dedos?
Paralizado de asombro el hombre responde:
-¿No jodas que también silba?...
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