martes, 14 de abril de 2020

YO ACUSO: SERVICIOS DE PREVENCIÓN... ¡¡¡CULPABLES!!!

Desde el estallido de la crisis del COVID-19 hemos asistido a través de los medios de comunicación al juzgamiento continuado de la actuación gubernamental -encarnado en el Ministerio de Sanidad-, así mientras para algunos su actuación ha tenido tintes criminales, para otros es digna de ejemplo, en función de la orientación ideológica del medio en cuestión. Otro tanto ha ocurrido con la valoración de la gestión de la crisis realizada por las Comunidadades Autónomas -encarnadas en las diferentes Consejerías de Sanidad-: ha habido opiniones para todos los gustos, durante horas y horas de emisión radiofónica y televisiva, lo mismo que en la prensa tradicional y la digital.
     
Pero lo que nunca he oído a los tertulianos habituales y a los supuestos "expertos" invitados, es analizar la actuación de los Servicios de Prevención en todo este asunto. Tampoco he oído la opinión de las organizaciones sindicales, ni de las "corporativas" ni de los denominados "sindicatos de clase" sobre este particular.
    
Según establece el artículo 31, punto 2, de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales... "Se entenderá como servicio de prevención el conjunto de medios humanos y materiales necesarios para realizar las actividades preventivas a fin de garantizar la adecuada protección de la seguridad y la salud de los trabajadores, asesorando y asistiendo para ello al empresario, a los trabajadores y a sus representantes..." Tararí que te ví...

   
Menudo papelón han realizado estos mal llamados Servicios de Prevención, y ahora hablo en concreto del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), aunque me consta que en la mayoría del resto de hospitales ha ocurrido lo mismo, presentando uno protocolos de mierda que eran un copia y pega mal hecho de los del Ébola y que por supuesto no se podían implementar porque se carecía de los equipos necesarios para ello, los famosos EPIs.
    
Y para colmar el vaso de mi indignación, anoche cuando abrí el correo corporativo del SACYL -hacía bastantes días que no entraba- me encuentro junto a chorradas varías de la Gerencia, este comunicado del Servicio de Prevención del Área de Salud de Salamanca que no tiene desperdicio...
     

Como véis en el mismo, estos impresentables lo único que pretenden es salvar su culo ante posibles denuncias futuras de trabajadores contagiados, que espero que se produzcan, así les dirán a su señoría: ya les dijimos nosotros que no usaran material no homologado, sólo el que le proporcionamos nosotros... y los pobrecitos que no hicieron caso, pues ale, contagiados. Madre mía... vaya panda.
Definición de Equipo de Protección Individual (EPI) según el artículo 4.8 del Capítulo I de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales... "Cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin."

Miren señores/as de Prevención, en un par de ocasiones he tenido que salir zumbando de las habitaciones del COVID-19 porque no aguantaba, la mascarilla FFP2, la que daban al principio, la buena, rígida de copa, se me hizo un chicle de lo mojada que estaba, y me impedía prácticamente respirar, porque se me pegaba a la boca con cada inspiración. ¿Y saben por qué? Pues porque tenía que usar un gorro de ducha de los de los hoteles, porque no nos suministraban otro tipo de gorros homologados, y estos gorros están diseñados para ser usados durante 10 minutos, lo que dura una ducha, y no durante tres horas, y entonces el sudor y la condensación caían hacia abajo como río de agua viva que encharcaba la mascarilla haciéndola un autentico chicle que se inflaba y se desinflaba al ritmo de las espiraciones e inspiraciones. Y eso por no hablar de las batas, la mayoría de ellas sin puños, que las tenemos que hacer un agujero por el que meter el dedo gordo para sujetarlas, porque si no el segundo guante no cubre ni sujeta la manga y se queda el brazo al aire libre... y de tantas y tantas cosas que hemos tenido que padecer estos días.
     

Y encima tienen la desfachatez de enviarnos el comunicado de marras. Es un auténtico insulto a nuestra inteligencia, y espero que a la de los jueces también. Por cierto, me comentan mis compañeros de la Casa Grande -yo del campo charro, en Montalvos- que uno de los firmantes, el Jefe del Servicio de Prevención, se paseaba por el hospital días antes del contagio masivo pidiendo la identificación de los osados curritos que llevaban puesta mascarilla, acusándoles de crear alarma social. Increible... pero cierto.
     
Santiago Ramón Lorenzo Ortega
TCAE - Hospital Los Montalvos - CAUSA
    
              
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